Estas son algunas imágenes de altares y también imágenes de veladoras y estatuillas de la Santa Muerte. En nuestros hogares, tenemos un lugar para nuestra flaquita. No importa si es grande o pequeño el espacio que le dedicamos, a ella no le molesta si vivimos en un hogar humilde, ella no necesita mansiones ni grandes casas de lujo para tener su rincón. Por eso decimos aquí incansablemente que es la Santa más justa, porque al momento de llevarnos no se va a poner a pensar si tenemos 1, 2, 3 o cientos de automóviles, tampoco si vivimos en un barrio cerrado, en un country, o si vivimos en un barrio pobre, ella trata a todos por igual.
Entonces, por más que sea un acotado lugar, allí podremos poner todo lo que tengamos para la Santa Muerte, para ofrecerle el amor que se merece. Las veladoras, las estatuillas, los colores y todo lo que queramos poner, lo que necesitemos nosotros y lo que necesite nuestra Santísima muerte.
En estos altares veremos el amor que las personas tienen por la flaca, porque ella los ayuda, porque los cuida y los protege. Veremos que en cualquier rincón de la casa es posible contar con un lugar dedicado a ella, a quien es la responsable de muchas de las cosas que nos pasan en la vida. Responsable es un decir, porque todos somos dueños de nuestros propios actos y es Dios el único que puede juzgarnos. Pero la Santísima está para ayudarnos siempre que buscamos la consecución de actos que tengan que ver con el bienestar de todos, no únicamente egoístas hacia nosotros mismos, sino también pensando en los demás, en quienes nos rodean porque son cercanos, como nuestra familia o amigos, y también quienes forman parte de nuestra comunidad a pesar de no estar en un círculo cercano.
Esperamos que estas imágenes de velas, rituales, estatuillas que algunas personas tienen en sus casas, los animen a crear uno propio, para darle cobija a la Santa Muerte.
Amo a esa flaquita hermosa me a ayudado en mis problemas
Gracias santa muerte flaquita
Hola yo soy un devoto de mi santísima y bendita muerte y se que está conmigo, y se también que con mi santa muerte no se juega